El estrés es un maravilloso mecanismo de adaptación que permite reaccionar a los innumerables requerimientos de la vida.
Es de utilidad. En condiciones apropiadas (si estamos en medio de un incendio, nos ataca una fiera, o un vehículo está a punto de atropellarnos), los cambios provocados por el estrés resultan muy convenientes, preparan de manera instantánea para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo.
En el estrés, hay dos elementos indisociables:
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un estímulo llamado estresor;
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la respuesta del organismo a tal estímulo.
En función del grado de intensidad, de la duración o de la repetición de estos estresores, tendremos “estrés desagradable” o distrés.
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El estrés es de un nivel y de una duración razonables. Va acompañado por emociones positivas como placer, satisfacción y excitación.
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El distrés procede de una situación de sobreestimulación durante un periodo demasiado largo. Provoca pensamientos o sentimientos de disgusto, inadaptación e incluso trastornos físicos. Y se convierte en patógeno.
¿QUÉ HACER FRENTE AL ESTRÉS?
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No existe una fórmula sencilla e infalible que pueda "curar" el estrés.
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Se requieren acciones.
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Es necesario "reaprender" a realizar las tareas cotidianas del hogar o el trabajo.
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Programar las actividades para que no se acumulen ni se conviertan en "incendios”.
Controlar el estrés:
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Expresar las necesidades.
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Recupera el masaje, estimula el cerebro, el bienestar y la relajación muscular.
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Ejercicios en la oficina: pausas activas
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¡Respirar!
Controlar el estrés:
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Relájese para dormir: Instaure un ritual, al final del día, para hacerle saber a tu cerebro que es hora de relajarse.
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Cambie de lentes: si es lo que piensas sobre ti mismo, sobre los demás o sobre tu entorno lo que te impide gestionar bien tu estrés. Quizá llevas lentes deformantes…
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Establecer prioridades claras.
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Delegar responsabilidades.
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Aprender a decir NO a los compromisos que no se pueden cumplir.
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Hacer bien y pronto lo que se puede hacer y olvidarse por completo de lo que no se puede. No se preocupe acerca de las cosas que usted no puede controlar.
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Asumir los grandes retos como secuencias de pequeños pasos.
Habitúese:
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Dormir de 7 a 8 hrs., de forma recuperadora.
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Focalizar sus objetivos a corto y medio plazo.
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Adaptar su entorno de trabajo.
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Ver las tareas y los contratiempos como desafíos y no como amenazas.
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Tener presente que, a veces lo trágico no son tanto las situaciones como el modo de interpretarlas.
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Si tiene familia y amistades dedíqueles un tiempo, desconectando las obligaciones.
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Durante la semana dedique tiempo para descansar y realizar actividades que le gustan sin remordimientos.
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Admitir la crítica y expresar honestamente sus puntos de vista.
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Pida ayuda a las personas de su entorno.
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No permita que los demás le presionen, le manipulen, o le impongan criterios en contra de los suyos.
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No guarde odio y rencor, no le ayudan a avanzar.
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Planifique el día al comenzarlo.
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Intente hacer el amor periódicamente, sin apresuramientos y sin rutina.
Su estrategia anti estrés
Averigüe qué cosas debe poner en orden para poder disfrutar de una vida más equilibrada y armoniosa.
Construya su propia caja de herramientas
¡Regálese salud!
Está en sus manos hacerse un regalo.
Usted puede ser un estresado feliz…
¡Y RECUERDE!