Sexualidad - Salud Integral
Sexualidad Integral
Tradicionalmente se ha entendido por sexualidad a algunos de los aspectos relacionados con la genitalidad y la reproducción, con una visión patocéntrica y desde la esfera de lo biomédico; sin embargo, con el transcurrir de los años la sexualidad ha venido sufriendo algunos cambios importantes en relación con los descubrimientos aportados por la ciencia; por lo que no se puede limitar ni reducir como se ha venido haciendo, dado que el ser humano es un ente bio-psico-social, por tanto, es relevante visualizar el tema de una forma más amplia e integral. Por esta razón, la sexualidad debe abordarse desde todos sus componentes teniendo en cuenta la cotidianidad humana y el contexto sociocultural determinado.
Una expresión importante del cambio en la comprensión de la sexualidad y en los nuevos consensos sociales de cómo abordarla, es la posición adoptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (s.f.) que plantea que la sexualidad es un aspecto central del ser humano a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y roles de género, orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción, que se experimenta y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones y está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.
Esta nueva concepción de la sexualidad realiza importantes aportes a la salud sexual de las personas porque proporciona un conocimiento adecuado de sus procesos de maduración física, mental y emocional en relación con la sexualidad, desvaneciendo temores y ansiedades relativas al desarrollo sexual individual y sus ajustes, motivando la creación de actitudes positivas hacia la sexualidad en todas sus diversas manifestaciones en el individuo y los demás, a la vez que brinda un reconocimiento de la satisfacción positiva que las sanas relaciones humanas pueden traer al individuo.
De este modo, la salud sexual constituye un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, para lo cual se requiere un enfoque positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia, pero para esto, se hace necesario informar y re-educar en el tema de sexualidad integral, mediante la clarificación de la feminidad, masculinidad y los componentes que la constituyen.
Al hablar de sexualidad se debe hacer desde una perspectiva integral, abordando dimensiones fundamentales e inherentes al ser humano, dejando atrás enfoques reduccionistas. De forma que se incorporen dimensiones como la genitalidad y la afectividad, aspectos psicológicos y sociales referentes a las relaciones humanas y la relación consigo mismo, permitiendo potencializar a la persona. De forma tal que toda conducta humana puede ser entendida como una expresión de la sexualidad (Fallas y Valverde, 2001).
Asimismo, Fallas y Valverde (2001) plantean que:
Para abordar de una forma integral la sexualidad, es importante referirse a varios conceptos que permiten un mejor manejo y comprensión de los fenómenos y procesos relacionados con la sexualidad y que con frecuencia son equiparados y confundidos en el lenguaje popular (p. 285).
Al respecto, Salas y Campos (2002) proponen la sexualidad humana como la forma en la que las personas se relacionan, se dan afecto y comparten sus sentimientos, vivencias y pensamientos, relacionándolo con el derecho que tienen las personas de gozar y disfrutar, de establecer relaciones interpersonales con hombres y mujeres, basadas en el respeto, la equidad, la solidaridad y la tolerancia.
Con base en lo anterior, puede mencionarse que la sexualidad está integrada por los siguientes componentes:
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Biológico-Corporal: Incluyen los procesos fisiológicos que se dan en el cuerpo y que constituyen la base para la expresión y vivencia de la sexualidad. El cuerpo como instrumento de comunicación, medio para la expresión de los afectos, emociones e ideas. Incluye además, la capacidad de sentir placer físico (Valverde, 2002).
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Socialización: Este componente hace referencia a la forma en cómo han sido socializados los hombres y las mujeres, es decir, la forma cómo la sociedad y la cultura enseña a vivir la masculinidad y feminidad. Éste constituye un aspecto determinante a la hora de establecer relaciones interpersonales tanto con varones como con mujeres (distribución del poder, equidad en los derechos, rol según género) (Campos, 2002).
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Erótico: Comprende lo relacionado con el desarrollo de afectos y conductas que buscan a través del cuerpo y sus cinco sentidos la obtención de placer con sí mismo o con otros, es la capacidad de disfrutar de la genitalidad. Su vivencia no se limita a lo coital, puede experimentarse en otras actividades (Campos, 2002; Valverde, et al., 2002).
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Afectivo-vincular: Es la forma en la que las personas se relacionan con los otros y consigo mismo. Incluye la capacidad de conocer y comprender las necesidades y deseos propios y los de la otra persona, es decir, son los sentimientos y lazos afectivos que tenemos con los demás (Campos, 2002; Valverde, et al., 2002).
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Ético: Se refiere a la posición valórica que se asume frente a la sexualidad con sí mismo y con los otros. Una sexualidad integral supone la expresión de valores y derechos humanos básicos (Campos, 2002; Valverde, et al., 2002).
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Ideológico-cognitivo: Hace referencia a los procesos de pensamiento y reflexión que se generan en el ser humano frente a la sexualidad, son las ideas y pensamientos que se tienen respecto al cuerpo y la sexualidad misma (Campos, 2002; Valverde, et al., 2002).
Educación de la Sexualidad
Valerio (1998) propone que la educación de la sexualidad tiene como misión, no solo la instrucción y los propósitos cognoscitivos, sino también, debe aportar a la edificación de la personalidad. Es importante entonces, rescatar la distinción que establece entre informar sobre sexualidad y educar en sexualidad, siendo que una no puede darse sin la otra, sin embargo, la información apunta a conocimientos de aspectos objetivos y funcionales de la sexualidad, mientras que la educación tendría como propósito motivar al educando en el desarrollo de sus habilidades para una vivencia más saludable de la sexualidad.
Siguiendo con este planteamiento Murillo (2007) menciona que educar en sexualidad significa un abordaje dirigido hacia la construcción del ser, esto implica la creación y promoción de espacios para crear conciencia, siendo ésta la actividad de ordenar el contenido de los sentidos, lo que permite el desarrollo de la sensibilidad de discernir y describir lo que percibimos a través de ellos; junto con la empatía que es la capacidad de percibir las emociones de los otros. Fundamental entonces, desarrollar los procesos de reflexión por medio de la sensibilización y la formación, así como la discusión de ideas y toma de decisiones.
De esta forma la educación en sexualidad debe ser un proceso continuo que acompaña al sujeto a lo largo de su vida. La enseñanza de la misma debe transcender en nivel informativo y fusionarse con la propia vivencia del individuo, con sus conocimientos, sentimientos y actitudes previas.
En términos generales, para Cerruti y Behar (citado por Arroyo, 2008), la educación de la sexualidad debe ser
...permanente y que aporte información científica actualizada y elementos de esclarecimiento y reflexión. La finalidad de este proceso es incorporar la sexualidad de forma plena, enriquecedora y saludable en todas las etapas de la vida acorde con el contexto económico, histórico, social y cultural en que se vive (p. 53).
La educación en sexualidad por tanto, debe promover la formación integral de los individuos, fomentando una dimensión humana y de un espacio dignificado para la sexualidad, además debe promover:
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Una ética sexual que facilite una equidad entre la mujer y el hombre
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El respeto mutuo entre las personas
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La expresión de los afectos
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La valoración del placer
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El cuidado de la salud
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El mejoramiento de la calidad de vida
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La participación en la vida comunitaria para lograr el respeto de todas las orientaciones libremente elegidas (Cerruti y Behar, citado por Arroyo, 2008).
Por otra parte, para Salas y Campos (2002) la educación integral en temas de sexualidad pretende que las personas sean capaces de conversar sus inquietudes, dudas y temores, de modo que se permita la reflexión, el análisis y cuestionamiento acerca de la vivencia de la sexualidad, de modo que facilita una integración de emociones, valores, sentimientos, y conocimientos. Según señalan, educar en sexualidad lejos de apelar a contenidos de genitalidad, reproducción e infecciones de transmisión sexual, educa para las relaciones interpersonales íntimas y afectivas, educa para la cotidianidad del individuo.
Referencias:
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Arroyo, L. (2008). El derecho a la educación integral para la sexualidad de las y los adolescentes desde la perspectiva de género. Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.
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Murillo, M. (2007). Cómo enseñar sexualidad. México: Pax
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Salas. J., Campos, A. (2002). El Placer de la vida. Sexualidad infantil y adolescente: Supedagogía a cargo de personas adultas. San José: Lara Segura Editores.
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Fallas, H. y Valverde, O. (2001). Proyecto prevención de conductas de riesgo en los y las adolescentes de Costa Rica. San José: Costa Rica. Caja Costarricense del Seguro Social-Programa de Atención Integral de la Adolescencia